La Secretaría de Energía (Sener) estimó que en 2030 México producirá 2.390 millones de barriles diarios de crudo, 44.6% más que el volumen del 2023 y su mayor nivel desde el 2014, cuando el país produjo 2.501 millones de toneles diarios.
El nuevo pico incluye el aporte de los recursos no convencionales (lutitas o shale), cuya extracción comenzaría en el 2025, además de recursos de aguas profundas, que estarían presentes a partir del 2028, pronosticó la Sener en su documento “Prospectiva de petróleo crudo y petrolíferos 2023-2037”.
Dentro de las premisas consideradas por la dependencia federal para sostener sus pronósticos, destaca la relativa a los recursos shale, que hasta la fecha no se han explotado en forma en México debido a que el gobierno se ha negado al uso de la fractura hidráulica (fracking), que es el modo de explotación estándar.
“Se difieren los proyectos de aceite y gas de lutitas, considerando su adopción a partir del 2025 con el supuesto de disponibilidad tecnológica para mitigar los impactos ambientales”, afirmó la Sener, aunque no abundó sobre algún avance tecnológico.
La Sener también prevé un aporte de los recursos en aguas profundas, aunque no vislumbra futuros desarrollos de ese tipo, de modo que solo contempla los rendimientos de lo que se está trabajando actualmente (Trion).
“A partir del 2028 las aguas profundas aportarán producción de hidrocarburos líquidos y en 2037 su participación llegará a aumentar a 7.9% (de la producción total)”, expuso la Sener.
Luego de alcanzar la producción de 2.390 millones de barriles diarios en el 2030, la secretaría que rige la política energética del país estimó de forma oficial que comenzará una nueva declinación petrolera y para el 2037 planeó que se llegará a un volumen de extracción de 2.037 millones de barriles por día.
La Sener también prevé que será en este 2024 cuando la producción de condensados -que son naftas y combustibles contenidos en los yacimientos, principalmente gasíferos terrestres, que tienen mayor valor pero un mercado menos líquido que el del crudo- alcance su pico, al llegar a 361,000 barriles diarios.
En el 2030, en el pico proyectado de producción de crudo la producción de condensados será de apenas 19,000 barriles diarios, para llegar a solo 10,000 barriles en el 2037.
Así, la prospectiva de la Sener establece que la extracción total de hidrocarburos líquidos, que incluyen al crudo y condensados, llegará a su punto más alto en 2030, con un volumen de 2.409 millones de barriles diarios, pero luego declinará hasta 2.047 millones de barriles por día en 2037.
A finales del 2018, al asumir la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador pronosticó que la producción de crudo al término de su sexenio sería de 2.6 millones de barriles diarios. A mediados de su mandato, sin embargo, moderó sus expectativas y proyectó una producción de dos millones de barriles diarios, bajo la justificación de que, en adelante, el gobierno se enfocaría en extraer únicamente el crudo para la producción de los derivados (combustibles, petroquímicos, etc.) necesarios para satisfacer la demanda nacional.
El año pasado, la producción de crudo fue de 1.653 millones de barriles diarios, lo que significó un leve repunte de 1.9% frente al 2022, pero una caída de 8.7% respecto del 2018, el último año del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto. Durante dicho gobierno, sin embargo, la caída de la producción de aceite fue de 29 por ciento.
Privados y rondas
Pero esto será posible únicamente con la proyección de la aportación conjunta de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la iniciativa privada con contratos de producción de obtenidos en rondas de licitación, dado que el cálculo se llevó a cabo tanto con información de la empresa del Estado como de los reportes de empresas privadas que tienen contratos en el país desde el 2015, para la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
“Para 2037, el escenario base estima que 86.8% de la producción sea de Pemex y 13.2% resultado de Rondas de Licitación”, según los planes
A partir de que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en 2018 no se llevaron a cabo licitaciones para el otorgamiento de contratos para Pemex o terceros y al cierre del año pasado se devolvieron total o parcialmente 41 áreas contractuales, mientras las empresas han solicitado que se reanuden estos procedimientos.