Un contingente de aproximadamente 500 migrantes centroamericanos, procedentes de Nicaragua, El Salvador y Guatemala, llegó a Ixhuatlán del Sureste, donde cerca de 300 elementos de seguridad los esperaba en las localidades de El Túnel y El Chapo.
Personal de la Guardia Nacional, Ejército y policía estatal, así como del Instituto Nacional de Migración (INM), acudieron para persuadir a los migrantes para que no continuaran su camino.
Pese al ofrecimiento de entregarles permisos para quedarse en México, solo treinta de ellos, principalmente familias con niños, aceptaron la oferta.
El resto optó por internarse en el monte y no continuar caminando a lo largo de las vías del tren, donde se encontraban los elementos de seguridad.
Rubén González, migrante de Nicaragua, indicó que no regresarán a sus lugares de origen porque tienen miedo y, además, ya han gastado todo lo que tenían para llegar hasta Veracruz, por ello, seguirán caminando hasta la frontera con Estados Unidos.
Nelson Pérez, también de Nicaragua, aceptó entregarse a las autoridades migratorias, confiando en que le cumplan la promesa de obtener los documentos que le permitan seguir en México y llegar a los Estados Unidos.
Los operativos por parte de las corporaciones de seguridad se mantendrán ante la inminente llegada de la caravana migrante que salió de Chiapas en octubre.
