Estamos a casi nada de que en todo el país, comience el movimiento de los interesados en partícipar en procesos electorales que van desde alcaldías, presidencias municipales, diputaciones locales y federales, senadurías y 9 gubernaturas. Esto traerá sin duda, ajustes en los gabinetes estatales, licencias en las cámaras y precampañas para repe5r en los cargos de aquellos que tienen posibilidad legal de hacerlo.
Una elección de gran calado y amplia cobertura a lo largo y ancho del país, que sin duda, traerá consigo encuentros, desencuentros y reencuentros de la clase política nacional y, con esto se pondrá prueba la fortaleza y cohesión de los partidos políticos nacionales.
Y lo digo porque en todos los institutos políticos, existen corrientes de expresión, formas de hacer política, pero fundamentalmente intereses y esto último sin lugar a dudas, provoca diferencias, muchas a veces irreconciliables. La suerte está echada y el reloj electoral está
por dar el primer campanazo.
Pero hablando de las estructuras administrativas de la actividad pública, debo decir que, lo que se viene es de vital importancia, porque serán estos movimientos determinantes para el futuro de los gobiernos que apenas comienzan, porque será este recambio el que garan5ce los verdaderos resultados de la administración pública. Y ese es el caso de nuestro estado, Oaxaca.
O bien, de esto dependerá la forma de cerrar un periodo y cómo dejar los resultados sociales, financieros y administra5vos, para la historia en las en5dades que cuyos gobiernos terminan su gestión.
Como son los casos de Chiapas, Puebla, Tabasco, Yucatán, Veracruz Jalisco, Morelos, Guanajuato y la CDMX.
En todos los casos, la oportunidad de decidir por cuadros que respondan con eficiencia, capacidad, lealtad y compromiso, es apremiante. Porque ningún o ninguna gobernante, quisiera fallar en su obligación de darle resultados al pueblo y logros a la sociedad que los eligió como opción de un cambio verdadero. Y más aún de eso, depende en mucho la percepción de la sociedad, para volver a entregar su voto y confianza a tal o cual par5do.
Es entonces, cuando la verdadera consolidación de los equipos de trabajo, se hace más necesaria y resulta el momento idóneo para reciclar, tanto por razones electorales, como por eficiencia o ineficiencia de los funcionarios en turno. Así ha pasado en el pasado y así pasará por siempre. Sin duda alguna, es utilizar la ola de cambios para aquellos o aquellas que, llegarán a un destino cierto electoralmente hablando y también servirá para “limpiar” de personajes que teniendo la gran oportunidad, NO la supieron o NO la quisieron aprovechar, vale reflexionar.
Si bien es de reconocer qué, hay funcionarios o funcionarias que son atacados sin fundamento alguno y son exhibidos sin razón aparente, solo por el simple hecho de presionar para obtener prebendas de ellos, no puedo negar que, hay realidades que nadie, ni nada puede ocultar, donde la falta de resultados, la apatía o el desconocimiento de su función, hacen que el juicio razonado de la sociedad y quizá, también la evaluación de su JEFE, los haga inevitablemente piezas de recambio.
Siempre he dicho que, si bien, la administración pública y la vida polí5ca son primos hermanos, NO son lo mismo.
La polí5ca requiere de capacidad, ganas, deseos y formas de arribar al poder, mientras que la administración pública exige conocimiento de formas y normas de cumplimiento, que aseguren buenos resultados para mantener el poder y la confianza de la sociedad.
En los úl5mos 5empos, esta confusión ha hecho que se inter-mezclen ambas ac5vidades y vemos muchos personajes con intereses polí5cos, que arriban a las estructuras administra5vas sin la vocación y la preparación necesaria para los puestos, llegando solo por el pago de favores polí5cos, esperando desde esas posiciones, el momento oportuno para saltar a puestos de elección popular. Lo que trae como consecuencia, que ni estén a gusto, ni quieran aprender lo que exige ser un verdadero servidor público, lo que reporta inexorablemente ausencia de resultados visibles para la sociedad.
Cuyo costo político, es altísimo para un gobierno que desea cumplirle a su pueblo.
Por eso, estos momentos como los que se acercan, son determinantes en la decisión de un jefe de gobierno. Sin dejar de entender que, sus colaboradores deben tener coincidencias ideológicas y polí5cas, la integración de un equipo para alcanzar resultados, esto debe hacerse buscando perfiles capaces y comprome5dos, pero sin duda leales y con vocación social.
Esperemos que, este reciclaje de funcionarios sirva para darle una mayor y mejor respuesta a la sociedad. ¡Ojalá!…
Y la sugerencia musical de hoy es: “Cambio de Piel”, con Marc Anthony.
*Lic. José Antonio Estefan Garfias
Economista y politólogo
