Por todos lados dentro del priismo oaxaqueño surgen las mismas preguntas ¿Qué paso? ¿Qué sucedió? Y luego exclaman, ¡no lo entendemos todavía!, y es que es real, para los verdaderos priistas, no hay explicación congruente alguna para poder entender como la aplanadora Morenista les asesto tremendo golpe político-electoral el pasado domingo, cuando pulverizaron al otrora partido invencible, los auténticos priistas no logran explicarse porque perdieron una elección, cuando hicieron todo lo que sabían hacer para ganar y aun así les dieron con todo.
Sin embargo, analizando un poco el tema, podemos afirmar que el triunfo del partido Morena ya estaba cantado, pues antes de iniciar la elección ya se sabia cual sería el resultado y eso lo sabían los que están detrás del PRI, los que en verdad deciden, los que toman las decisiones, pues las pocas bases que aún conservan, fieles a sus convicciones partidistas, llegaron a creer que ganarían, ya que según ellos habían elegido al mejor contendiente, cuando todos saben que no fue así.
Para comenzar el hoy candidato perdedor, ni siquiera quería entrarle a la contienda, no lo tenía contemplado, no estaba en sus planes ser candidato al gobierno, pues como político hábil que es, ya sabía cuál sería el final, decenas de veces lo externó a su círculo de amigos, sin embargo, los soldados solo obedecen y en este caso, eso fue lo que hizo el diputado con licencia Alejandro Avilés, entro a la contienda conociendo el resultado.
Todos los priistas ya sabían que el candidato que había trabajado para eso, que se había preparado en todos los sentidos para contender en las pasadas elecciones, era Francisco Ángel Villareal, ex titular del IEEPO, los demás aspirantes también lo sabían, se acercaba el tiempo de definiciones y la sorpresa se dio, de repente, de la nada, sin previo aviso, Alejandro Avilés resultó el mejor candidato del PRI para contender en el proceso electoral que en ese entonces se venía encima, aun cuando las encuestas mencionaban a Paco Villareal como el favorito.
La noticia no cayó bien entre los distintos grupos políticos existentes al interior del tricolor, el dirigente estatal Javier Villacaña tuvo que aceptar la orden que venía del CEN del PRI y comenzó a organizar la elección, pero se comenzó a topar con muchos obstáculos y aunque jamás lo dijo, no hay que ser muy sabio para saber que los grupos políticos se comenzaron a abrir y aunque en una foto mostraron unidad en torno al nuevo candidato, la realidad de los hechos se demostró el pasado domingo, nada hicieron por el partido que tantos años les dio de comer, dejaron solo al dirigente del partido y a al candidato.
Por su parte el candidato priista inicio su campaña delegando áreas muy importantes en gente que también le impusieron, y así fue como cada uno llevo agua a su molino, un coordinador general que en todo momento se reportaba con operadores políticos de Morena, ¿Por qué o para que?, un pésimo equipo de comunicación social, una pésima imagen del “triple A” que por más que trataron de explotar, jamás pego y que demostró que quien los asesoro se quedó sin cerebro por tan pésima idea.
En fin, la debacle priista ya se veía venir, y aunque hoy en día se defienden diciendo que salió a votar muy poca gente, lo que si se demuestra es que Morena conservo su voto duro y el PRI comprobó que ya no tiene voto duro, que Oaxaca dejo de ser la reserva nacional de votos y que perdieron presencia y dentro de poco solo será un recuerdo en las futuras generaciones, pues al paso que van, tendrán el mismo final que sus ahora compadres del PRD, pues terminaran siendo un partido como los demás que existen y a quienes se les conoce como la chiquillada política, ese es el destino del otrora poderoso e invencible tricolor….Búsqueme en Twitter como @visionpolitica7
