Contra la fuerza de la naturaleza nadie – José Antonio Estefan Garfias

0

Hoy, las notas periodísticas y noticiosas se centran en su totalidad en los efectos y consecuencias que dejó el huracán Otis categoría 5 que azotó al estado de Guerrero y fundamentalmente al puerto turístico de Acapulco.

27 muertes y 4 desaparecidos, es hasta ahora el saldo en vidas humanas que se nos dice dejo el meteoro. No obstante, este número puede aumentar al mantenerse aún el caos que no ha permitido la búsqueda o el registro de más vidas humanas perdidas. A todas las familias de los fallecidos va nuestra solidaridad.

Por otra parte, los daños materiales se multiplican hora, tras hora, calculándose hasta el momento en cerca de 15 millones de dólares en un destino de playa que ha sido por décadas el más visitado por viajantes nacionales y en muy alto porcentaje por extranjeros.

Adicionalmente, hay varios municipios de la costa guerrerense extremadamente afectados, muchos con condiciones de pobreza al igual que los cinturones de alta marginación del mencionado puerto de Acapulco.

Hoy la falta de energía eléctrica, agua potable, red telefónica e internet, así como la escasez de víveres y productos que demanda la vida diaria, han generado un total caos social que ha ido por desesperación e impotencia a saquear negocios sin que hasta el momento el orden y la seguridad se hayan podido estabilizar.

La situación que se está viviendo nos hace ver que ante la furia de la naturaleza, ni El Progreso, ni los avances tecnológicos son garantía para defendernos ante los embates de meteoros de esta magnitud. Haciéndonos ver que frágiles somos como seres humanos y como sociedad al enfrentar este tipo de situaciones.

Es verdad que Otis, es más que un típico fenómeno climatológico pues se generó y tomó una fuerza devastadora en menos de 20 horas, cosa que es más allá de lo natural lo que no permitió siquiera activar los protocolos establecidos dentro de las normas que rigen las estrategias de protección civil. No obstante,l dejó al descubierto que nos falta mucho para garantizar la seguridad y el patrimonio ante una eventual situación de caos.

No se trata simplemente de defender a los negocios o tiendas de cadena, la idea es observar que ante la rebatinga, los saqueos se dan tanto por gente necesitada, como por bandas de vándalos, que ante río revuelto se aprovechan para sustraer lo que a otros pertenece ya sea que los artículos estén en comercios o en casas particulares.

Han pasado  más de 72 horas del paso de Otis y aún la situación no se normaliza, lo que podría rebasar a las autoridades más allá de lo visto por lo que se hace urgente que la atención al desastre se conduzca con mayor eficiencia. Y no me refiero a las sustracciones a comercios que para eso están coberturados con seguros sino a lo más

importante. Los apoyos a la población desprotegida. Donde la solidaridad nacional ya se está haciendo notar con la instalación de centros de acopio a lo largo y ancho del territorio nacional. Pero la distribución de lo enviado al lugar del siniestro se haga por canales adecuados y confiables.

Por ejemplo la cruz roja y las fuerzas armadas. A quienes siempre se les ha reconocido su labor manejo y conducción en este tipo de lamentables situaciones. Saben hacerlo bien, sin embargo, el tema que hoy nos ocupa requiere de una más eficiente capacidad de respuesta. Confiamos que así se hará.

Por otro lado hablando de las inversiones afectadas que impactan a más del 70 por ciento de establecimientos de hotelería, restaurantes, lugares de esparcimiento y servicios al turismo, traerá consiguió perder casi todos los ingresos previstos para las temporadas de fin de año y semana santa del 24. Lo que observara como consecuencia la pérdida de empleos e ingresos familiares en los estratos más pobres de la población. Por lo que se deberá pensar en un y excepcional programa de empleo temporal y apoyo social de subsidios para no ahondar más el caos hacia el futuro. Ojalá no solo se hable de la reconstrucción sino de apoyos a los desempleados.

La infraestructura hotelera en su mayor parte está asegurada y con esto podrá ayudarse en mucho, pero llevará tiempo volver a la normalidad solo se trata de que las aseguradoras actúen con honestidad y responsabilidad y en esto las autoridades deben estar muy pero muy atenta.

La infraestructura pública y/o social prioritariamente la de salud y educación que sufrió daños será otro reto por superar. Sin olvidar la reconexion de servicios reparación inmediata de viviendas y recuperación de patrimonio perdido Aquí la responsabilidad es totalmente del Gobierno y por la importancia económica que representa el sector turismo para la economía nacional. Deberá actuarse de manera prioritaria para no dejar caer al bello puerto de Acapulco.

Y como dicen los chinos que la palabra caos se escribe igual que oportunidad, seguro es que con la reconstrucción vendrán oportunidades de empleo y derrama económica que sin ninguna duda le darán una gran bocanada de oxígeno a nuestros hermanos de Guerrero. A quienes desde este espacio les mando un gran y solidario abrazo y mis mejores deseos de que pronto las cosas tomen su nivel y que les vaya mejor que antes de que Otis los azotara.

Hay que apoyar con todo lo que se pueda a nuestro vecino y querido estado de Guerrero

Hoy la sugerencia musical es Ojalá que llueva café. Con Juan Luis Guerra

Analista y politólogo
*José Antonio Estefan Garfias

Google NEWS BBMNOTICIAS