Continúa preocupación por alta inflación

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Las preocupaciones por los altos niveles de la inflación, tanto a nivel nacional como internacional, continúan, en este contexto el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) elevó su pronóstico de la inflación para el cierre de este año de 6.0 a 6.3 por ciento.

Las preocupaciones por la interrupción súbita a las cadenas de suministro y presiones sobre los precios de los energéticos han traído consigo la discusión en torno a la posibilidad de una estanflación.

Los acontecimientos recientes, que tienen en el centro las presiones sobre los precios en general, y de los energéticos en particular, aunado a algunos datos que están apuntando a una ligera desaceleración de la actividad económica, explicados en parte por las interrupciones a las cadenas de suministro, han traído consigo discusiones en torno a la posibilidad de que la economía global se esté aproximando a un escenario de estanflación, es decir, un periodo con alta inflación y lento crecimiento.

Lo anterior, ha llevado a que los bancos centrales de diferentes países, se encaminen hacia posturas monetarias de menos crecimiento, además de reducir los estímulos que se dieron en el pasado ante la crisis económica y sanitaria.

En el caso de México, de acuerdo con el último dato del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la variación de los precios se ubicó en un nivel de 6.0% en septiembre pasado, con lo que ligó siete meses por arriba del rango objetivo del Banco de México (Banxico) de 3%.

Hemos visto que en un año, los precios de alimentos, bebidas y tabaco aumentaron 6.26%, los de mercancías no alimenticias 6.87%, los de vivienda 2.26%, los de colegiaturas 2.04%, los de otros servicios 4.78%, los de frutas y verduras 9.38%, los de productos pecuarios 10.41% y los de energéticos 11.69 por ciento.

En este sentido, en las últimas minutas del Banxico se refuerza la idea de que continuará el alza de tasas ante las presiones inflacionarias que persisten, sobre todo lo que se refiere a la inflación subyacente, que elimina de su cálculo los bienes y productos con precios más volátiles.

De todos es sabido que el Banco de México se ha catalogado como una institución de las más objetivas y eficientes que se tienen en el país. A pesar del reconocimiento que hizo la directora gerente del FMI a México como uno de los bancos centrales que más temprano reaccionó a la presión de la inflación, se trata de la entidad monetaria que lleva menos incrementos en dosis más leves.

También ha sido evidente que el control de los precios del gas LP es “desafortunado”, debido a que causa una disrupción en el funcionamiento del mercado, con lo que se termina afectando a las familias de todos los estratos sociales.

Hay abundante evidencia histórica en diferentes latitudes que demuestra que los controles de precios no funcionan y generan más consecuencias negativas que beneficios; y por lo mismo sería muy deseable que se reconsiderara esta medida

El Banco de México tiene un mandato casi único que es cuidar la estabilidad inflacionaria y el mundo tiene un problema: la inflación, que está alta y no parece tan temporal.

Y si no son suficientes los argumentos de los que saben, ahí está el Presidente intuyendo lo negativo que resulta la inflación para la economía y por lo tanto para su causa política.

Conforme pasan los días son más los economistas que manifiestan su preocupación por que la inflación no cede y amenaza con convertirse en un problema a largo plazo. Hasta los que decían que sería un fenómeno temporal ya no están tan seguros de que lo sea.

La inflación nos castiga a todos y más a quienes menos tienen o ganan porque, como alguien alguna vez dijo: “Inflación es tener que vivir pagando los precios del año próximo con el sueldo del año pasado”.

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