Hay tres temas que hoy son noticia en los ámbitos político y económico del país. Por un lado la extinción de 13 fideicomisos del poder judicial de la Federación y por otros la aprobación de la ley de ingresos 2024 y el nivel de deuda que está conlleva.
En el primer caso esta decisión trajo consigo la reacción de los trabajadores de ese poder bajo consignas de que se afectan las prestaciones del personal que atiende desde los juzgados la impartición de justicia. Llevándolos a un paro de 5 días y manejando la decisión de presentar una querella de inconstitucionalidad.
No es un tema fácil de analizar más aún cuando no se conoce con precisión cómo se operaba con estos fideicomisos porque tener 15 mil millones de pesos en en cuentas fideicomitidas que crecen año con año parecería más bien que se trata de un guardadito. Sin embargo es claro que se trata de un poder con independencia y autonomía de gestión. Por lo que antes que nada se es necesario hacer públicas las reglas de operación para operar y quienes y bajo qué condiciones se destinan recursos a los potenciales beneficiarios porque si la discrecionalidad es el principio para operarlos lo realizado por el poder legislativo no estaría tan fuera de foco.
Este tema escalará seguramente no solo con la marcha de inconformidad por los sectores sociales de clase media y la sociedad civil acompañados por los propios trabajadores del poder judicial. Sino también con la lluvia de demandas de inconstitucionalidad generándose una controversia constitucional. Mi impresión es que el fallo al respecto será la reposición de los llevados y traídos fideicomisos que seguramente entrarán en una etapa suspensoria donde los recursos no podrán ser tocados.
En esta diferencia de visiones nos falta mucho por ver así que de inicio lo que podría comentar es que ojalá el equilibrio de poderes se mantenga y la justicia se aplique cabalmente con apego a la constitución y las leyes de forma pronta y expedita. Por el bien de la nación y el estado de derecho.
En cuanto a la ley de ingresos que llevó todo un proceso de dimes y diretes en tribuna finalmente salió sin mover punto y coma. Menos las cifras. Lo que aquí puedo señalar es que si bien no hay incrementos o nuevos impuestos el peso que tendrá la presión del gasto que contemplará el presupuesto obliga a un nivel de endeudamiento que no se esperaba. Y que los especialistas consideran no sano para la economía más aún en momentos en que la guerra en Medio Oriente está impactando aceleradamente y de manera negativa la economía mundial. Solo hay que ver la caída de las bolsas de valores en todo el mundo incluido México claro está donde el súper peso comenzó a mostrar debilidad pasando de 17.30 a principios de semana a 18.30 en este viernes.
El endeudamiento es algo donde la Secretaria de Hacienda, a quien reconozco su mesura en la toma de decisiones, deberá poner mucha atención pues la tasas de interés en este momento están muy altas y pueden subir más pues los conflictos bélicos existentes hoy mantiene muy nerviosos a gobiernos inversores bancos y casas de bolsa. Sin ser catastrofista me atrevo a decir que muchos analistas del mercado financiero auguran una recesión de los Estados Unidos este año. Hay que mantener calma y mesura. Ojalá así lo entiendan las autoridades hacendarias del país.
Ahora toca saber en que se concentrará el gasto público en 2024. Porque el endeudamiento debe servir para garantizar estabilidad no para echarla por la borda. Así que estaremos muy atentos en el dictamen y aprobación del Presupuesto de egresos del próximo año.
Todos deseamos que el país se mantenga fuerte y sólido no solo políticamente sino también en lo social lo económico y lo constitucional. Ya veremos
La sugerencia musical. Decisiones con Ruben Baldés
