Luis Gerardo Méndez, Irene Azuela y el español Miguel Ángel Silvestre protagonizan esta historia basada en dos sacerdotes de la Congregación para las Causas de los Santos, un organismo que se dedica a comprobar y estudiar los milagros.
Es un thriller con mucho misterio dirigido por uno de los cineastas argentinos más reconocidos, Juan José Campanella, ganador del Oscar por el clásico filme El secreto de sus ojos, en 2010. Además, la cinta fue reconocida con los Premios Goya y obtuvo el premio Ariel a Mejor Película Iberoamericana; trabajar con Campanella como director, guionista y productor es querer aprenderle a cada paso, asegura Méndez, quien da vida al cura Pedro Salinas.
“Decidí involucrarme en este proyecto, primero, por trabajar con el maestro Campanella; después me pareció interesante hablar de la fe, de lo que significa entender algo que es distinto a lo que nos han enseñado. Este sacerdote, que además es médico, de pronto se va encontrando con algo que no tiene explicación, ni en la ciencia ni en la fe. Se trata de cuestionarse la fe siendo mexicano en un país católico, es ver todo desde otro lugar”, destacó en entrevista con M2.
Miguel Ángel Silvestre da vida al padre Simón Antequera; él y Pedro son enviados del Vaticano a México para constatar un milagro que le atribuyen a un sacerdote y a su capacidad de curar de manera milagrosa a las personas. Cuando llegan, comienzan a hacer una investigación profunda, encuentran al padre en cuestión, pero días después desaparece sin dejar rastro, ahí inicia la incertidumbre y también el suspenso del thriller.
“Mi aproximación al género es desde el lugar de la persona común; pasó lo mismo en El secreto de sus ojos, que era policial, pero los protagonistas no actuaban como la policía que estamos acostumbrados a ver en televisión; las cosas les afectaban, de esa manera metíamos a la audiencia en la historia y ¡pum! Aquí es lo mismo, eso puede hacer la diferencia que son dos personas que están acostumbrados a ver cierto tipo de locura, de investigar los milagros para ver sí son reales y, de repente, se encuentran cosas que los exceden, son cosas más grandes que ellos, y no saben cómo reaccionar”, precisó Campanella en su visita a nuestro país.
Dos actores
Luis Gerardo ya conocía a su coprotagonista; sin embargo, jamás habían trabajado juntos; cuando supo que compartirían escena, le emocionó: “Ya nos conocíamos, pero jamás habíamos hecho algo juntos, así que actuar con él, con textos escritos y dirigidos por argentinos, con un crew mexicano, se hizo una gran sinergia de trabajo de observar la manera cómo se aproxima el trabajo, de ver al mundo; intuía que iba a tener un resultado interesante en la pantalla; me quedo muy contento porque me deja un gran sabor con un ritmo muy particular. No se parece a nada que hayamos visto en México”.
Hablar de religión a veces es complicado, pues cada quien tiene una opinión al respecto: “Yo crecí en una familia muy católica, en colegios maristas; tomé lo que tenía que aprender de ahí, después empecé a estudiar mucho budismo por un viaje personal que tenía, después mi manager me introdujo en la Cábala (Kabbalah), que estudié un tiempo. Yo tomo ideologías, filosofías y religiones –como lo queramos decir–, me hago mi propia mezcla; me gusta pensar más que soy una persona espiritual, más allá de tener una religión, que voy y vengo y es lo que me ha funcionado”, destacó Luis Gerardo.
