Tabasco, México.- El fraccionamiento Valle Real, en Pomoca, es un conjunto de edificios de colores gastados por el sol. Un lugar donde el ruido cotidiano de la calle se mezcla con los gritos de niños jugando y el pregón lejano de algún vendedor ambulante. Pero este jueves, el bullicio se apagó.
A mediodía, la cerrada Tres Valles C se convirtió en el epicentro de la violencia que azota a Tabasco. En uno de los departamentos del edificio 7, manzana 9, las autoridades encontraron los cuerpos de un hombre, una mujer y un niño de aproximadamente 12 años. Estaban en la recámara, sobre la cama, con huellas de violencia que hablaban de un ataque brutal.
La mujer tenía al menos tres impactos de bala en la espalda. El niño, un disparo en la cabeza. El hombre, además de múltiples heridas, presentaba una mano destrozada. No hubo testigos visibles, solo el eco de los disparos que nadie —o todos— escucharon.
La noticia corrió rápido por el fraccionamiento. Vecinos se asomaban desde las ventanas, otros caminaban en silencio hasta la escena del crimen. Pronto, la zona se llenó de patrullas y vehículos del Ejército y la Guardia Nacional. Cintas amarillas delimitaban la tragedia mientras peritos entraban y salían del departamento, recolectando pruebas y fotografiando la escena.
Afuera, familiares de las víctimas esperaban respuestas. Algunos lloraban, otros apretaban los labios con rabia e impotencia. Nadie entendía cómo la violencia había llegado hasta la intimidad de ese hogar.
Este triple homicidio es un eslabón más en la cadena de violencia que marca a Tabasco en los últimos meses. Apenas la semana pasada, en Nacajuca, se descubrió una fosa clandestina con restos humanos. Antes, el 2 de febrero, cuatro personas fueron asesinadas en el bar “Las Miches” en Villahermosa.
Las cifras lo confirman: Tabasco está entre los estados más violentos de México. Solo entre enero y noviembre de 2024, se registraron 651 homicidios dolosos. Noviembre fue el mes más sangriento en una década, con al menos 86 asesinatos.
El gobierno atribuye esta ola de violencia a la disputa entre el Cártel de Jalisco Nueva Generación y La Barredora, grupos criminales que operan en la región con delitos que van desde el narcotráfico hasta la extorsión y el tráfico de migrantes.
Pero en la cerrada Tres Valles C, más allá de los números, lo que queda es el silencio. Ese silencio incómodo que deja la muerte cuando se instala en las casas.
Con información de Diario Avanzada