Desde hace tiempo, China se consolidó como el mayor exportador mundial de vehículos, y marcas como el Grupo Chery, dueño de Omoda y Jaecoo, están marcando nuevos hitos. A finales de julio de 2025, Chery ya había superado los 5,17 millones de autos exportados, lo que la convierte en la primera automotriz china en alcanzar esta cifra.

Estos datos reflejan un cambio estructural en el panorama automotor. La expansión del coche eléctrico, con un enfoque cada vez más centrado en el software, y el ascenso de nuevos protagonistas globales están modificando el mapa del mercado automotriz. Un tercio del mismo quedará en manos de empresas emergentes, muchas de ellas chinas.

LAS CLAVES DEL CRECIMIENTO DE CHINA EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
En su informe Automotive Outlook 2040, la consultora Roland Berger analiza cómo se perfila el futuro del sector. La clave, aseguran, está en la redistribución geográfica del mercado: mientras los países del sur y China verán un gran aumento en las ventas —representando hasta un 60% del mercado global—, los mercados tradicionales de Occidente ya han alcanzado su punto máximo de crecimiento, lo que llaman el “pico automotriz”.
Además, el estudio anticipa que la expansión china continuará. Para 2040, los fabricantes chinos podrían ocupar entre el 25% y el 34% del mercado mundial, y al menos seis de las veinte mayores compañías automotrices procederán de China. Sin embargo, esto no implica un dominio absoluto, ya que todavía existe margen para que otros jugadores globales reaccionen.
En este último escenario, la clave estaría en que los fabricantes europeos cambien su estrategia, apostando por plataformas estandarizadas de hardware y software de terceros —como ya lo han hecho marcas como Renault y Volvo, que integran Android Automotive en sus autos—. Si logran reducir costos y mejorar su competitividad, podría surgir un nuevo equilibrio global en el que todos los actores tengan oportunidades de crecimiento sostenido hasta 2040.