Desabasto de medicamentos en México

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Uno de los principales temas que ha enfrentado el gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, es el desabasto de medicamentos. El mandatario señalo desde el inicio de su gobierno, es que existía un “monopolio de medicamentos”, por lo cual vetó a tres grandes distribuidoras farmacéuticas. Los datos del proyecto “Salud, Dinero y Corrupción”, que hoy publica la organización PODER, dan cuenta de ese monopolio.

La decisión gubernamental de frenar esas compras a monopolios, basada en datos similares, era acertada. Sin embargo, las acciones que el gobierno ha tomado desde entonces para mejorar el acceso a la salud de toda la ciudadanía no parecen ser las más adecuadas. El desabasto de medicamentos continúa y tiene una solución simple: comprar más y de mejor forma. La austeridad que presume el gobierno no debería hacerse a costa del cumplimiento de la garantía de derechos, más cuando en México el gasto aún se puede eficientar mucho. Más allá del tema del desabasto, preocupa también la falta de transparencia en esta administración respecto a las compras de esos mismos medicamentos.

En las últimas semanas hemos presenciado manifestaciones de padres y madres de niños con cáncer exhibiendo la situación dramática que significa la escasez de estos medicamentos. Los padecimientos en los que más se reporta desbasto son cáncer, diabetes, hipertensión y VIH. En todos estos casos una interrupción de la medicación puede ser fatal. Esto sucede, además, en un contexto de pandemia, por lo cual se han reducido las consultas regulares en los hospitales públicos, por lo que se diagnostica y receta menos de lo habitual.

Además de los sobrecostos, la falta de transparencia actual es preocupante. A finales de 2018 se dejó de alimentar de forma consistente el portal Compras IMSS, donde el instituto y todas sus delegaciones detallaban, por medicina o insumo médico, el costo unitario, la cantidad de productos y la unidad responsable.

La opacidad no está solo en el gobierno mexicano. Se firmó el año pasado un acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) para la compra de medicamentos e insumos médicos en el extranjero y, según el gobierno mexicano, “se garantizaba el abasto y el derecho a la salud” en México.

Pero la UNOPS tampoco parece estar interesada en transparentar los datos de compras en México. A la petición de acceder a los precios de referencia del Observatorio Regional de Precios de Medicamentos, la UNOPS contestó que solo están disponibles para países que contribuyen con datos o vía un pago no especificado.

En un intento por transparentar el proceso de compras de medicamentos, se le pidió a la la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) que se encargara de las compras consolidadas de medicamentos del país. Sin embargo, debido a la inexperiencia inicial de la UNOPS respecto al mercado mexicano, se volvió a realizar de forma tardía la compra de insumos médicos. Esta compra, que antes se realizaba de manera gratuita en el país por parte del IMSS, actualmente nos ha costado alrededor de 85 millones de dólares por la comisión que se le pagará al organismo y, además, no contempla la solución al problema de distribución de insumos médicos.

Noticias similares sobre desabasto se escuchan en otros estados desde 2019 y no solo respecto a insumos para el tratamiento de cáncer. Conforme pasan los días, crecen los amparos y las quejas interpuestas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para asegurar el tratamiento de distintas enfermedades. A pesar de los amparos otorgados, y las reuniones entre autoridades y familiares de pacientes, el problema del desabasto continúa.

La investigación “Operación Desabasto”, de las organizaciones Impunidad Cero y Justicia Justa, identifica las causas de la escasez generalizada de insumos médicos y señala posibles soluciones al mismo. El análisis final identifica que el desabasto se originó por una serie de políticas públicas mal planeadas y ejecutadas, que tenían como objetivo luchar contra la corrupción en la adquisición de medicamentos y ahorrar en la compra de insumos médicos. Hasta hoy, la corrupción sigue intacta y no se ha investigado ni sancionado a ningún funcionario. Además, el costo para adquirir medicamentos se incrementó con la comisión a pagar a la UNOPS, y por el hecho de que se deberá pagar también a otras instituciones para resolver la distribución de insumos médicos a todo el país. El problema se ocasiono  al cambiar de modelo de la noche a la mañana, sin contar con planes de implementación graduales que tomen en cuenta posibles soluciones en caso de fallas. Al final, todos estamos de acuerdo en que es inaceptable la corrupción en el sector salud, pero ninguna lucha contra la corrupción puede hacerse a costa de vidas humanas.

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