La historia nos dice de qué manera los gobiernos han manejado las estrategias para manipular a la sociedad y comprometer el apoyo a favor de los gobernantes.
Por ejemplo, durante siglos en lo general y aún en la actualidad en algunos países el temor a Dios es la forma de controlar y conducir a la población.
Esto bajo el principio “si no actúas bajo las normas que se han establecido, no tendrás acceso al reino de los cielos”. Así que tus acciones de hoy definirán el premio de la Divinidad y la vida eterna. Y lo creamos o no, funcionó y aún funciona eso de “tu obedece, no reniegues de tu situación”, acepta tus carencias que eso te asegura que después de la vida material disfrutes de la generosidad divina.
A partir de conformación de los estados republicanos modernos y más precisamente después de la revolución francesa, se consideran la vida democrática y el voto, como eje para elegir gobernantes y congresos.
Así aparecen los partidos políticos y su oferta es, que sin dejar de actuar de acuerdo a convicciones religiosas, ganar elecciones a través de propuestas fundamentales, para el respeto a los derechos individuales y mejoramiento de las condiciones de la sociedad, promesa que alienta al electorado a votar por
tal o cual propuesta partidista. Y desde luego en algunas sociedades se notan avances o tras se quedan esperando en la promesa de la esperanza y la ilusión de mejoras trascendentes.
Dentro de la vida democrática global el esquema se perfecciona y los grupos de poder económico se infiltrarán en las decisiones del poder político y definen modelos económicos que, aunque permiten el crecimiento económico, acentúan la concentración de riqueza en pocas manos y pobreza y marginación en la mayoría de los sectores de la población. Así los partidos se dividen, unos en promotores de la eficiencia económica y otros en reivindicadores sociales. Resultando en una polarización de la sociedad.
Al margen del tiempo se conforman países con gobiernos dictatoriales o autoritarios, tanto de derecha como de izquierda, cuya promesa velada es la igualdad de beneficios a la sociedad bajo el esquema de la sociedad por encima de la individualidad. Algo que por simple que parezca, no responde a las aspiraciones de las mayorías ni a la naturaleza humana, porque, se trata de un principio de limitación de derechos por mayor justicia social. Todo desde luego como un juego de sometimiento que como la historia nos dice. Sencillamente no ha funcionado
Hoy por hoy, una nueva forma de gobierno se extiende sobre el planeta. El populismo. Ya es de izquierda o de derecha. Lo que significa aprovechar la polarización social para generar capital político. Ofrecer beneficios y subsidios directos, utilizando recursos públicos a favor de los desprotegidos. Quizá una buena y muy noble intención. Pero en realidad resulta en una muy atractiva forma de comprar el voto de quienes aspiran y desean que su situación económica cambie y que los estragos que genera una economía concentradora de riqueza en grandes consorcios internacionales. Acepto que puede ser una buena estrategia para alcanzar una verdadera justicia social pero sin duda tiene un límite.
La capacidad de generar recursos fiscales para financiar sanamente la política de subsidios, porque de otra manera nos iremos con la finta de irnos con quien ofrece más. No olvidemos que es tiempo de ofrecimientos e ilusiones en boca de quienes buscan el voto
Sea como sea y cual sea la estrategia para lograr respaldo a la autoridad o votos para conformar gobierno Como son:
• La Teocracia
• La democracia republicana
• La Econocracia o Capitalismo
• El autoritarismo
• El socialismo, o
• El populismo
Los resultados deben basarse en el beneficio real de la sociedad y en la construcción de oportunidades reales de realización individual y social. Porque la mejor manera de confirmar una sólida sociedad es la de generar recursos con una mejor distribución de la riqueza.
Nadie en su sano juicio puede estar en contra de los programas sociales. Es un acto de justicia. Pero entendiendo que se trata de PROGRAMAS SOCIALES Y NO ELECTORALES. Porque en estas campañas de hoy vemos que los y las candidatas están en un juego de quién da más. Se habla de bajar la edad de beneficio de los adultos mayores, de subsidiar indiscriminadamente a la niñez, a los jóvenes y no se cuantos apoyos económicos, a no sé cuántos grupos vulnerables se encuentran como carne de cañón y se olvida la capacidad presupuestal de que se dispone para tales fines.
Recordemos que el voto es un acto de conciencia no de un compromiso que responde a la aparente generosidad de uno u otra candidato, porque todos sabemos que hoy es un derecho constitucional que por ninguna circunstancia puede ser moneda de cambio en un proceso electoral histórico como el que viviremos el próximo 2 de junio.
Sugerencia musical. “El Viejo del Sombreron”. Con la Sonora Dinamita.