El recorte de personal en Petróleos Mexicanos (Pemex) ha comenzado a generar preocupación entre los profesionistas hidrómilos que actualmente laboran bajo el régimen de confianza, principalmente en cargos medios y superiores.
Aunque aún no se confirma el impacto directo en esta región, el temor se respira en los pasillos, grupos de WhatsApp y oficinas de instalaciones petroleras donde muchos de estos trabajadores dedican más de doce horas diarias a cumplir con sus funciones.
“Hay compañeros que tienen tres, cuatro años en la empresa, otros más de una década. Muchos somos padres de familia, con hijos pequeños, y este trabajo representa estabilidad, pero también mucho sacrificio. No es justo que ahora nos digan que somos prescindibles”, comentó, bajo anonimato, un jefe de turno con base en Tabasco.
NO ES INFUNDADO
El temor no es infundado. Esta semana, decenas de trabajadores de confianza en refinerías y activos estratégicos de Pemex en el sureste fueron dados de baja sin previo aviso. Aunque la paraestatal lo enmarca dentro de un plan nacional de austeridad para reducir el gasto en nómina, los trabajadores acusan que se están violando derechos adquiridos como el acceso a la jubilación y la liquidación conforme a su antigüedad.
En Agua Dulce, varios de estos profesionistas —ingenieros principalmente— temen que los siguientes recortes toquen a las oficinas operativas de la región. “No pedimos privilegios, pedimos justicia. La mayoría no ganamos sueldos millonarios, pero tenemos una alta carga de responsabilidad y nos jugamos la vida en instalaciones bajo condiciones críticas”, expresó otro trabajador, quien también solicitó el anonimato.
COMPROMISO
Muchos de los profesionistas de confianza de Agua Dulce están encargados de procesos esenciales en áreas de seguridad industrial, producción y mantenimiento. Aunque sus salarios son relativamente competitivos, sus jornadas laborales exceden por mucho la de un empleo promedio.
“No se trata solo de números. Si van a recortar, que al menos evalúen el desempeño, el compromiso, y lo que implica perder personal con experiencia en operaciones sensibles. Estamos hablando de gente que sostiene la productividad real de Pemex desde el terreno, no desde un escritorio en la Ciudad de México”, enfatizó otro colaborador de confianza.